jueves, 29 de noviembre de 2012

Bundt cake de vainilla y nata montada


Los Bundt cake tienen una historia curiosa.
Casi casi, lo más famoso de estos pasteles son sus moldes de formas sinuosas, pues este tipo de masa conserva maravillosamente cada detalle del molde en que se hornea.
Se cree, que el origen de estos moldes tuvo lugar en Viena, tras la batalla de Kahlenberg, que se libró en 1683 y en la que los vieneses rompieron el asedio que los trucos mantenían a la capital austriaca desde hacía más de dos meses. Para celebrarlo, los confiteros de la ciudad decidieron hornear unos pasteles en los "turbantes" de los turcos (muy rico). Tradicionalmente, su nombre sería "tarta de turbante"
De estas tartas derivaron los moldes Kugelhopfs (o bundkuchen) que eran altos, redondos, estriados y con tubo central. Eran pesadísimos moldes de hierro o porcelana, que en algunos casos, cruzaron el charco con los emigrantes europeos que partían a América.
Así fue como a principios de los años 50, las mujeres judías del la Hadassah de Minneapolis acudieron a David. H. Dalquist, propietario de la recién fundada Nordic Ware con uno de esos moldes, perteneciente a la abuela de una de las mujeres, para pedirle una nueva versión, mas manejable.
Dalquis accedió a crear ese nuevo molde. Para ello se sirvió del aluminio, un material ligero y flexible, le dio un elegante diseño y lo patentó con el nombre "Bundt"
El modelo no se vendió muy bien, y la fama le tardó 10 años en llegar, cuando una mujer tejana ganó el segundo premio de un famoso concurso de una marca de preparados para repostería con un pastel hecho en un molde bundt.
A partir de entonces las ventas se dispararon, y todavía a día de hoy, siguen sacando nuevos modelos de molde bundt, incluso hay un día nacional del Bundt (en los EEUU, claro) que es el 15 de noviembre (llegamos un poquito tarde)
Y diréis, este rollo patatero, ¿a cuento de qué viene? Pues viene a cuento de que a mí, ¡me encantan los moldes bundt! Mi molde no es Nordic Ware, que son preciosos y gigantes, el mío lo compre en la tienda Casa, un día que pasaba por allí a ver que había nuevo. Cuando lo vi, lo agarre como si de un par de Manolo Blahnik a 20€ se tratara (¡por si acaso!) El mío no es de 25 cm de diametro, sinó de 23, y me costó menos de la mitad de lo que cuesta un molde de Nordic Ware y, es igualito de diseño. De momento, estoy encantada de la vida con él, que me permite hacer cositas como esta (pero oye, si los señores Reyes Magos de Oriente tienen a bien, no me importaría tener otro, el modelo bavaria, por ejemplo ;))




He seguido la receta de Bea, de El Rincón de Bea que podéis ver aquí, aunque a mí no me ha salido tan perfecto a la vista (¿será el molde?)
Yo, que soy chocolatómana, me he rendido ante este bundt, que a pasado a la lista de mis bizcochos "top ten". El sabor a vainilla es extraordinario, es de alguna manera cremoso y denso, y huele a las mil maravillas.
Es muy fácil de hacer, la única dificultad está en controlar muy bien la temperatura del horno y los tiempos de cocción, lo cual se soluciona con un termómetro de horno y un reloj de cocina.

INGREDIENTES:
  • 200 gr. harina de trigo
  • 50 gr. harina de maíz (Maicena)
  • 2 cucharaditas de levadura química
  • 3/4 de cucharadita sal (una pizca de sal acentúa los sabores dulces)
  • 285 ml. nata líquida para montar (muy fría)
  • 3 huevos XL
  • 200 gr. de azúcar
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla (yo usé pasta pura de vainilla de Nielsen Messey)

PREPARACIÓN: (con varillas eléctricas, kitchen aid o similar)
Precalentar el horno a 175º.

Engrasar el molde con mantequilla o spray (no es estrictamente necesario que sea un molde de bundt cake, con que sea antiadherente y esté muy bien engrasado vale, eso si, que sea grande)

Tamizar la harina, harina de maíz, levadura química y sal y reservar.

Montar la nata. Hay que estar atentos en este paso, porque si nos pasamos de batido, se nos convertirá en mantequilla. No nos valdrá para la receta, pero tendremos una excelente mantequilla para desayunar (¡siempre positivos!)


Batir los huevos a velocidad media-alta durante unos 3 minutos. Vamos añadiendo poco a poco el azúcar, hasta que los huevos blanqueen, doblen el volumen y queden espumosos. Con paciencia, que se tarda sobre unos 5 minutos. Cuando estemos casi acabando añadimos el extracto de vainilla.

Poco a poco incorporamos la mezcla de la harina a los huevos batidos, en tres veces. Cuando no queden restos de harina, añadimos la nata montada, también en tres veces hasta que esté bien integrada. No la envolváis con una espátula, como hice yo una vez, hacedlo con las varillas, si no la masa quedara muy aireada (está deliciosa igual) pero se supone que este bizcocho es denso.

Echaremos esta mezcla sobre el molde Bundt engrasado que teníamos preparado. Yo os recomiendo que la vertáis toda sobre el mismo punto del molde y dejéis que la masa se reparta sola. Luego cogéis el molde y le dais unos golpecitos por abajo contra la encimera (despacito) para que salgan las burbujas que pueden haber quedado. Alisar la superficie.

Hornear aproximadamente unos 35 – 45 minutos, o hasta que al pincharlo con una brocheta salga totalmente limpio. Yo empiezo a controlarlo a los 35 minutos y si no está listo, lo dejo 5 minutos más.

Dejar enfriar en el molde sobre una rejilla 10 minutos. Pasado este tiempo desmoldar boca a abajo y dejar enfriar sobre una rejilla.

¡Qué lo disfrutéis!

Laura

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